27 Sep Diseño de interiores con tonos cálidos
Activo y acogedor. Estas son dos de las palabras que mejor nos ayudan a definir el diseño de interiores con tonos o colores cálidos, una tendencia al alza que afecta tanto al color elegido para pintar las paredes como a los diferentes elementos y objetos que utilizaremos para decorar la estancia, desde las alfombras a muebles como el sofá o los propios cuadros que colguemos. Podemos apostar por los tonos cálidos en exclusiva o combinarlos con colores fríos o neutros, ya que la versatilidad es una de sus señas de identidad.
Los mejores tonos cálidos para interiores
En primer lugar, deberíamos identificar los colores que encajarían en la definición de tonos cálidos. Rojos, naranjas, amarillo o dorados son los que encontramos en el lado cálido de la rueda de colores, cada uno con sus características y sus tonos. De hecho, se puede acentuar la intensidad con un tono u otro o con la mezcla, en especial con los colores neutros. El uso de tonos neutros ofrecerá más luz y amplitud a tus espacios, contrarrestando en parte la sensación de pequeñez que se desprende de los tonos cálidos.
Dentro de este tipo de colores, también se incluyen los tonos tierra, desde el terracota al beige o el blanco roto. Cada vez son más populares a la hora de decorar interiores, los puedes encontrar de diferentes intensidades y te ayudan a reforzar esa sensación de espacio acogedor. Ten en cuenta que los tonos cálidos dan la sensación de acercarse, así que son ideales para habitaciones grandes u oscuras. Si la habitación es muy grande, la hará más acogedora, reduciendo el espacio; si tiene poca luz natural, la hará más íntima.
¿Qué habitaciones podemos decorar con colores cálidos?
Los tonos cálidos nos hacen sentirnos más cómodos, hacen que la estancia sea más acogedora. Los tonos anaranjados, rojos o amarillos nos recuerdan el fuego y su calidez, el sol o las playas de arena dorada y el verano, pero también son colores que despiertan energía en contraste con esos tonos más fríos de los azules o verdes, menos energizantes. Por eso, es preferible que utilices los tonos cálidos en estancias como la cocina, la sala de estar o el comedor, donde estarás más activo, que en un lugar para relajarte, como puede ser el dormitorio.
Eso sí, aunque no pintemos las paredes de nuestra habitación de color rojo, sí que podemos añadir elementos de tonos cálidos al dormitorio para hacerlo más acogedor y sentirnos más a gusto cada vez que entremos en él. Otra opción siempre interesante es pintar una pared del dormitorio con un color cálido y el resto de tonos claros, como el blanco. Así, creas un contraste entre la pared pintada de naranja o rojo, como puede ser la del cabezal de la cama, y el tono claro del resto de la habitación, acentuando la calidez del espacio.
La personalidad de cada individuo también influye a la hora de decorar nuestros interiores. Las personas extrovertidas suelen preferir los colores cálidos en elementos como las paredes o los muebles. En cambio, si eres una persona tímida, deberías dejar los tonos cálidos para los elementos decorativos, ya que te sentirás mejor en una estancia con colores fríos.
Por último, tenemos que hablar de las alfombras. Son un elemento tan decorativo como práctico, ya que nos permite evitar el contacto con el frío suelo en los meses de invierno. Por eso, una alfombra de tonos cálidos aumenta la calidez de la estancia en la época más fría del año. Lo mismo podemos decir de colchas, cojines o sábanas para el sofá, harán que nos sintamos más cómodos que si son de tonos fríos.
En definitiva, los tonos cálidos se pueden integrar sin problemas en tu vivienda. ¿Dónde quieres incluirlos tú?
Rojos, naranjas, amarillo o dorados son los que encontramos en el lado cálido de la rueda de colores
aunque no pintemos las paredes de nuestra habitación de color rojo, sí que podemos añadir elementos de tonos cálidos al dormitorio para hacerlo más acogedor
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